Libros de danza
LA DANZA MODERNA
de Jacques Baril – Editoral Paidós
La danza moderna es una forma de expresión corporal que nace de la transposición por el bailarín, mediante una formulación personal, de un hecho, una idea, una sensación o un sentimiento.Esta danza moderna se convierte en una forma de ser para el hombre que quiere hablar con su cuerpo bailando descalzo. De ahí la necesidad permanente para el bailarín de danza moderna de encontrar en sí mismo los principios de una técnica que, lo mismo que en la danza clásica, esté sujeta a determinadas reglas. Pero las normas son distintas tanto en el aspecto técnico como en lo que atañe al origen de la motivación del movimiento. Un bailarín moderno debe inventar y reinventar una y otra vez, permanentemente, una fraseología del movimiento para que éste conserve siempre el carácter de inédito y traduzca la interiodad de quien lo ejecuta. La danza moderna es un producto del siglo XX y sigue siendo un fenómeno específicamente americano. Pero desde la década de los años sesenta presenciamos una expansión hacia el mundo entero. El descubrimiento de la danza moderna despierta un interés cada vez mayor en numerosos jóvenes, que experimentan la necesidad de encontrar en sí mismos un nuevo modo de expresión corporal.

de Salazar, Adolfo – Fondo de cultura economica de España.
El conocido crítico musical Adolfo Salazar nos ha dado, con este, el primer libro en español, ricamente ilustrado, sobre la historia del ballet desde su aparición hasta los días actuales. Comienza por exponer la evolución o transformaciones del elemento fundamental de este arte, su materia específica, es decir, la danza. Tras de su origen como diversión cortesana, en el Renacimiento, el ballet llegó a convertirse, en el siglo de Luis XIV, en un arte construido con tanto cuidado como la música misma, como la danza y como la escena. Desde su aparición en Italia y en Francia asume un carácter que considerarse definitivo en las últimas décadas del siglo XVIII. Después, su técnica está latente en todas las evoluciones de la danza de arte: en el siglo XVIII, en el ballet romántico del XIX y en las actuales escuelas, de Europa y de América, entre las que el ballet ruso ha asumido recientemente tantos aspectos de gran belleza.

de Abad Carles, Ana Alianza Editorial.
La danza es la más frágil y la más efímera de las artes, pues vive en el continuo movimiento de los cuerpos y se transmite únicamente a través de la memoria física y visual. Consciente de la importancia de contar y revisar su historia, y movida por la intención de fomentar el deseo de ver aquellas obras de las que trata, Ana Abad Carlés aborda en este libro un conciso pero completo recorrido cronológico en el que, sin olvidar en ningún momento evoluciones técnicas, obras escénicas e intérpretes, se dedica especial atención a los creadores de ayer y hoy que, iniciando y desarrollando nuevos principios coreográficos, consiguieron y han conseguido que la danza avance y refleje las inquietudes de su tiempo. Obra de lectura amena y rica en contenidos, los lectores de Historia del ballet y de la danza moderna descubrirán que, más allá del texto y la palabra, existe un ámbito de expresión artística que es capaz de regenerarse en nuevos cuerpos y nuevos juegos de la memoria, planteando un desafío constante a las propias reglas artísticas que le dan vida.

de Duncan, Isadora Ediciones Akal.
Los escritos sobre danza de Isadora Duncan constituyen una de las más brillantes reflexiones de una coreógrafa sobre su trabajo. Su valor se acrecienta si tenemos en cuenta que fue precisamente Duncan quien, con mayor consciencia y decisión que Loie Fuller o Ruth St. Denis, convirtió la danza libre, no basada en los códigos de ballet, en un arte.

de Howse, Justin – Editorial Paidotribo.
‘Este libro único y valiosísimo proporciona una ejemplar relación de cómo se deberían enfocar los cuidados de los bailarines y podemos recomendarlo fervientemente’. The Dancing Times. La cantidad de lesiones entre los bailarines es un tema que preocupa directamente a los propios bailarines, a sus profesores, a los asesores médicos y a los directores de compañías. Debería preocupar por igual a los coreógrafos que exigen cada vez más del físico y de la resistencia del bailarín. La causa de las lesiones puede ser un simple accidente, pero frecuentemente son debidas a un error en la técnica que no ha sido identificada en una etapa precoz o a una variación física cuyas implicaciones no han sido comprendidas. Aunque, obviamente, es preferible la prevención, el tratamiento adecuado es vital y no siempre es fácil encontrarlo. Hace falta un tipo especial de tratamiento médico que tenga en cuenta, de forma correcta, las necesidades del bailarín. Este libro ha sido examinado y revisado cuidadosamente para esta edición, con una nueva sección sobre ejercicios de fortalecimiento.

de Alvarez Caballero, Angel – Alianza Editorial.
El baile flamenco es un disciplina poco estudiada hasta el momento. Hay textos sobre temas concretos y biografías de algunos nombres importantes, pero poco más. Faltaba una historia global del tema, la historia que nos diera información razonada y suficiente de todo lo ocurrido en tan bello arte, desde los tiempos de los míticos bailes de candil hasta ahora mismo. Los largos años que ha dedicado a la crítica e investigación, han permitido a Ángel Álvarez Caballero llenar un importante vacío en la bibliografía flamenca. El baile flamenco, seña de identidad española en muchos países donde se le conoce bien, y probablemente la faceta de lo jondo que más se ha universalizado gracias a su enorme poder de fascinación, se halla hoy en un momento sumamente interesante, en el que jóvenes figuras exploran constantemente nuevos caminos de expresión que no son aceptados sin reparos por los más ortodoxos. En cualquier caso es un mundo creativo en ebullición, tremendamente activo y que sin duda tiene aún una muy larga historia por contar.

de Florencia Werchowsky- Reservoir Books
Bordea hechos biográficos. “Fui alumna del
Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, trabajé como refuerzo en el Ballet
Estable, formé parte de la primera compañía de Maximiliano Guerra. Dejé de
bailar a los 17 años y tuve diferentes trabajos hasta que me senté a escribir
novelas, pero la narradora de mi libro es una profesional cansada de bailar e
incapaz de hacer otra cosa.” Igual que en El telo de papá, su libro anterior,
Werchowsky parte de su historia para despejar zonas de ficción. “Hay un
consenso alrededor de la bailarina que lo deja todo por su vocación y triunfa
cuando la institución reconoce esa pasión. Pero hay otras posibilidades que me
interesaba registrar: la historia de la que no triunfa del todo, que baila lo
que puede más que lo que quiere; la bailarina aceptada pero no premiada, con un
entorno imperfecto y a veces desopilante; la de una institución prestigiosa y
al mismo tiempo débil.” Werchowsky presentó su novela en el Colón: “Me
imaginaba canosa y coreógrafa allí. Ocurrió algo diferente, mucho mejor que en
cualquier ficción”, dice.
“Me fascinaba leer con mi abuela Mi vida, de
Isadora Duncan -recuerda Carolina Bruck-. Invocaba sus dos pasiones: la
literatura y la danza. Isadora rescataba una danza más orgánica, que imitaba
los movimientos de la naturaleza y se burlaba de la disciplina agotadora de las
bailarinas clásicas. Yo era una nena gorda y torpe, así que esa mirada del
baile me parecía regia. Invocaba a Isadora y me liberaba de tener que seguir
las coreografías de mi maestra.” Uno de sus cuentos, incluido en No tenemos
apuro (Club Hem), integra la próxima antología de relatos sobre la danza,
Bailarinas, compilada por Anahí Flores.
“Siempre me atrajo el ballet, aunque de forma
conflictuada -retoma Flores-. Me fascinaba ir a clase, repetir el mismo
movimiento, deletrear con los músculos, pero mi cuerpo no se amoldaba.” Así
nació “No sin cariño”, relato inédito que la poeta y narradora trabajó por
años. Ahora, llamó a colegas que invitó a participar de la antología.
“Surgieron cuentos policiales, fantásticos, eróticos. En la etapa de revisión,
me encargué de ajustar detalles de técnica y movimiento: ¿cómo mostrar un grand
jeté sin que sea una mera descripción técnica y que se entienda?” Así, sumó al
de Bruck, entre otros, relatos de Alejandra Kamiya, Ariel Bermani, Fernanda
García Curten, Francisco Moulia, José María Marcos, Laura Massolo y el suyo,
claro.
de Carmen Iriondo- Mansalva
Carmen Iriondo observa el lenguaje universal de la danza. “Los pasos se
llaman igual en cualquier lugar del mundo y se aprenden con la misma voracidad
que la escritura y su gramática.” Y señala otra concordancia: la poesía y la
danza tienen en común una forma velada de decir. La narrativa, según Iriondo,
se parece más a los ballets, “con sus argumentos paradigmáticos, ritmos y
clímax; la danza contemporánea rompe poéticamente con esa estructura”.

de Blanca Lema - Paradiso
Cada capítulo -cuenta- es un paso de danza y una
metáfora que vamos comprendiendo a medida que bailamos y devenimos con los
personajes. A veces con dolor, otras con extraño humor”. Lema pasó de la danza
clásica en la que se formó en el Colón a ser una de las primeras alumnas de
Rhea Volij, maestra de danza butoh. “Se produjo en mí un aprendizaje
tremebundo. Borré el ego. Me embrujó ese salto del lenguaje representativo de las
palabras al lenguaje ideográfico de la danza.”
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